INTERVENCIÓN
Intervenir en la violencia escolar es un asunto complejo, pese a la enorme cantidad de
investigación que se ha ido acumulando acerca de este fenómeno y la creciente
alarma social que este despierta.
Para identificar a los niños en
riesgo se debe prestar atención a los posibles
signos del problema, sin olvidar que hay grupos de particular relevancia,
como los niños sobresalientes desde el punto de vista académico y los nerd, los obesos, los
portadores de discapacidades evidentes o
diferencias físicas, como orejas grandes, nariz grande, pelo extraño,
etc. y las minorías en todo sentido, en especial los homosexuales y las
minorías étnicas. Hay mucha evidencia de que la obesidad
y la homosexualidad son una causa muy frecuente de buylling y de que la intervención apropiada
puede minimizar los efectos inmediatos y a largo plazo en agresores y víctimas.
La psicoeducación
tiene como objetivo que la familia tome conciencia de que existe este
problema y lo entienda; por lo tanto, se debe explicar las consecuencias que
puede tener; se debe aconsejar a los padres que discutan el problema con el
colegio; y se deben entregar estrategias para manejar las situaciones y dar
respuestas adecuadas a la violencia.
El diagnóstico y tratamiento tanto de los agresores como de las víctimas, es muy
importante y dentro de esto se debe considerar el riesgo de suicidio,
que también se asocia a bullying.
Existen procedimientos concretos
para establecer un clima social de convivencia:
1. La
disciplina. Conjunto de estrategias que se
establecen en el aula para el adecuado funcionamiento del grupo. Estas
estrategias se apoyan fundamentalmente en fortalecer
conductas adecuadas más que en castigar las inapropiadas, ya que los
castigos, más que eliminar comportamientos, lo que hace habitualmente es
ocultarlos. Debe ser un punto medio entre el autoritarismo y la total
permisividad buscando siempre el análisis profundo de la situación, la
reflexión, el diálogo… Y fomentando técnicas que habiliten a los alumnos para
el autocontrol y la responsabilidad. Hay que buscar
en todo caso que el alumno recapacite mostrándole la relación entre su
comportamiento y las consecuencias que éste acarrea.
2. Las normas. Desempeñan
un papel fundamental en la creación y consolidación
de ambientes presididos por el buen clima de convivencia. Para hacer un
buen uso de ellas es necesario: la mediación,
que se basa en un método de resolución de conflictos en el que las partes
enfrentadas recurren voluntariamente a alguna persona imparcial (mediador) para
llegar a un acuerdo satisfactorio. Además habrá que recurrir al fomento de la competencia social, es decir, procesos cognitivos
y afectivos que comportan conductas valoradas por la comunidad. Se trata de
comportamientos hábiles que favorecen la adaptación, la percepción de
autoeficacia, la aceptación de los demás y los refuerzos agradables, esto es,
el bienestar psicosocial. La competencia social es uno de los caminos válidos
para prevenir y resolver conflictos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario